Unos piensan que es genial... otros que es un pelmazo... ¡pero nadie quiere pagarle! |
"Este es uno de tantos viejos artículos de mi antiguo blog que iré recuperando de una u otra manera, especialmente cuando en alguna entrada haga alguna referencia importante sobre alguno de estos antiguos artículos o post.
Este artículo, que fue publicado en HOY, se titulaba originalmente "Malos tiempos para la lírica", pero finalmente fue publicado con otro título: "No corren buenos tiempos para la lírica".
Muchos de ustedes, como tantos otros artículos que vaya subiendo, no los conocerán, y una de las cosas que pretendo en este nuevo blog es sacar a la luz artículos y post antiguos, que creo que no adquirieron en su día la relevancia deseada.
Que disfruten de él. Observarán que quitando las referencias puntuales no ha envejecido nada en el tiempo".
¡Publiques libros, escribas en prensa o colabores en radio, a los demás les parece normal que tengas que hacerlo todo gratis! |
Perdónenme pero hoy vengo calentito, igual que el profesor Tornasol cuando le dicen que hace el indio. ¡Y qué diablos! Que me ha dado una de mis famosas subidas de leche, de mala leche vamos. Mala leche reivindicativa, que no sé si será por aquello de la proximidad de las elecciones o qué sé yo.
El tema que hoy nos ocupa no es nuevo, aunque no sé si sólo se da en esta desolada región, en este estúpido país o más bien será cosa del maldito mundo que parece haberse vuelto loco a base de dar vueltas y vueltas alrededor del Sol. Quien me ha encendido ha sido mi amigo “el poeta", Ángel Manuel Gómez Espada, que también anda cabreado y reivindicativo. Ya dejó muestra de ello en el último número de la prestigiosa revista literaria “El Coloquio de los Perros”, la cual subsiste sin ánimo de lucro a base del trabajo y esfuerzo impagable de mi amigo y de Juan de Dios García.
En su columna de despedida, “el poeta”, más que realizar un ejercicio de reivindicación del artista, exige que se pongan fin a los tiempos actuales, donde con la excusa de la situación económica mundial, es ahora éste quien parece que ostenta la obligación de pagar por promulgar su arte. En cualquiera de sus facetas, ya sea la música, la escritura, la escultura, la pintura o la fotografía, el arte se encuentra ninguneado, despreciado y ultrajado, y con ello el artista.
“Malos tiempos para la lírica” - cantaban “Golpes Bajos” en los 80. “Peores tiempos” apostillo arriban a este maldito puerto, cuya nave, gobernada por marineros de agua dulce, y tras sufrir los temidos “golpes bajos” de nuestra sociedad, convierten la magia de los genios en hijos putativos de la mendicidad más vergonzante.
Con esto de los artistas ya se sabe... unos creemos que somos grandes artistas... otros que somos unos pelmazos |
Hace unos días también se mostraba molesto otro buen amigo, el joven y excelente periodista Lolo Merino, y así lo mostraba en su muro de Facebook, desde donde pedía a los futuros gobernantes que los profesionales de los medios pudieran conciliar vida laboral y familiar, y cobrar sueldos dignos, y no estipendios más propios de becarios.
Aunque totalmente de acuerdo con él, su reflexión me hizo pensar también en tantos colaboradores de los medios de comunicación que prestan su arte y no son remunerados por ello.
Todo artista ha hecho gala de su arte gratuitamente al menos una vez en su vida, llevado especialmente por la necesidad imperiosa de darse a conocer y obtener el necesario alimento espiritual que solo se consigue mostrando a los demás lo mejor y más especial que proviene de dentro de tu alma.
Yo mismo, en mis tiempos de músico tuve que actuar gratis con mi grupo en algún Festival musical importante con gran difusión mediática, o bien de telonero de algún grupo famoso que nos gustara especialmente a mí o a mis compañeros, por aquello primero del mito y luego de intentar llegar a conectar con un público que creíamos susceptible de agradar.
Ahora bien, cuando nos llegaban “ofertas” para actuar en locales de mierda de cualquier pueblo perdido de Dios por el morro no nos lo acabábamos de creer: “¡Encima que os ofrecemos tocar gratis!”- Respondían indignados ante nuestra negativa- “¡Venga que os dejamos las copas a mitad de precio!”- te soltaba el empresario generoso intentando convencerte de que fueras a actuar gratis a su sala para que ésta se llenara y él a su vez sus bolsillos a cambio de nada para ti.
En fin, es triste, pero en el medio audio visual viene ocurriendo algo parecido desde hace ya unos cuantos de años. En las radios, por ejemplo, es casi imposible colaborar de manera remunerada, aunque ésta sea cuanto menos simbólica.
Mi menda, que se muere por colaborar en la radio desde hace mucho tiempo, mantiene un conflicto interior de amor odio con este medio, pues las emisoras me abren sus puertas, pero casi ninguna quiere pagarme una pequeña gratificación (Con alguna que sí la ofreció tenían incompatibilidades horarias).
A ningún artista le disgusta colaborar gratuitamente de manera esporádica en los medios, yo mismo lo he hecho varias veces en radio, televisión y prensa, pero cuando la colaboración supone un esfuerzo semanal o diario no puede pretenderse que el colaborador actúe gratis, ya que de alguna manera éste, también contribuye al éxito del medio, quien no deja de recaudar fondos de los que el colaborador ni siquiera recibe el olor que desprenden. En una emisora me dijeron con toda tranquilidad que ellos tenían decenas de colaboradores y que ninguno cobraba.
¡Así mañana monto yo una emisora, no te joroba! En otra me vinieron con el cuento de que ya me habían dicho en su día como estaba la situación (se referían a un email que el responsable de turno me envió 3 años atrás) por lo que deduje que ni la crisis ni la situación mundial tenían la culpa, que ellos no pagaban hubiera crisis o no…y punto. Y si tú no lo haces gratis tranquilo que hay un montón de estúpidos deseosos de darse a conocer que aunque no sean tan buenos como tú nos sacan del apuro.
Los culpables de esta lamentable situación somos nosotros, los artistas, que seguimos prostituyéndonos gratis en los medios de comunicación, en las galerías de arte, en los escenarios, en las discográficas, en los museos, sin mostrar si quiera un poco de respeto por nuestro arte y nosotros mismos.
Acabo con una frase que circula hace tiempo por la red, y que espero, se extienda junto con su mensaje como resbaladiza mancha de aceite: “Soy artista, eso no significa que trabaje gratis, tengo gastos, como tú, gracias por comprenderlo”.
Publicado en Diario HOY el 13/11/2011
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