Cartel del año 1996. El mejor Contempopranea de todos, sin duda. |
Sin duda alguna, el Festival ContemPOPranea hace ya muchos años que alcanzó el merecido apelativo de distinguirse como uno de los acontecimientos musicales más relevantes del país. A lo largo de 17 ediciones, que se dice pronto, han desfilado por el incomparable marco de la ladera del Castillo de Luna lo más granado (y no solo me refiero a Los Planetas) del pop español, incluyendo cada vez más a grupos internacionales.
En esta edición de 2014, y tras varios intentos de la organización, otro marco de muy respetable condición, como La Alcazaba pacense, se suma a engrandecer la mayoría de edad de un festival incomparable, con un ambiente único y una manera de entender y disfrutar la música insuperable a nivel nacional.
¡Quien
lo hubiera dicho! Ninguno de los músicos ni asistentes al festival
en su primera edición, Julio del 96, podía siquiera imaginar la
trascendencia que alcanzaría aquel certamen, aquella fiesta para esa
pequeña localidad, Alburquerque, que no parecía ser consciente en
aquellos días de lo importante que sería ContemPOPranea para el
buen nombre de su pueblo y de paso para toda la región extremeña.
Muchos
músicos extremeños mantenemos una irremediable relación de
amor-odio hacia este festival, aunque más bien habría que añadir,
con la dirección de este, es decir, Agustín Fuentes. Prácticamente,
casi todas las formaciones extremeñas que nos movíamos y
funcionábamos en el menudo ambiente musical regional y éramos
capaces de ofrecer una actuación digna nos conjuramos para
participar en aquella primera edición del 96.
La
mayoría de bandas pacenses nos reunimos en su día, en las antiguas
instalaciones radiofónicas de Onda Verde, situadas en pleno casco
antiguo de Badajoz, y allí, entre otros, los Violent Popes, Los
Wichards, Los Desahuciados, No Fishing, Lich y demás grupos decidimos
darle un margen de confianza a ese tal Agustín Fuentes, locutor de
la emisora local, quien transmitía una contagiosa pasión y
únicamente nos prometió muy buen rollo y bonitas palabras, entre
otras, la de acordarse de nosotros cuando el proyecto de su festival
alcanzara una cobertura decente y significativa.
Les
aseguro amigos que valió la pena, a pesar del caos organizativo, ya
que el Festival lo acabamos organizando prácticamente los grupos
participantes, a quienes por cierto, incluso se nos cobró la entrada
a la piscina municipal situada junto a lo que se denominaba “zona
de acampada”. Aun así fue muy especial disfrutar de aquel
pistoletazo de salida el viernes noche con Los Desahuciados de
Armando Mazuecos, Luis Gonzalo, Ulises Fernández y compañía, hasta
el último de los grupos extremeños que actuó en la noche del
domingo.
La
mayoría de formaciones que participó en aquella edición,
desinteresadamente, con toda la ilusión del mundo, y corriendo
además con todos los gastos, amén de aportar el material, se
encontraron con el olvido y el ninguneo en las posteriores ediciones.
Solamente algunos afortunados, bien por su irremediable éxito, y eso
a pesar de no contar con las simpatías de la dirección, o el grado
de amistad y afinidad que le unían con la persona de Agustín
Fuentes, disfrutaron del privilegio que suponía aquella envidiable
cobertura mediática a nivel nacional, de la que entre otros, era
responsable el afamado Julio Ruiz, del programa Disco Grande de Radio
3.
Siempre
agradecí personalmente que una figura de la radio que defendía la
música no convencional, o música independiente, se tomara tan en
serio aquel festival, y en especial los minutos de radio en directo
que dedicaba a todos los grupos, sin excepción, que formaban el
cartel.
A
pesar de aquello, quien suscribe no puede olvidar algunos comentarios
para enmarcar del famoso locutor, como aquella vez en la edición del
99 en la que se refirió a los montijanos Super 8, tras una más
que discreta actuación, cómo "La gran esperanza extremeña”,
mientras que al cuarteto pacense Lich (a los que los medios
regionales tildaron de “excelente banda pacense” tras su
actuación) nos presentó cómo a “ilustres veteranos”).
Aun hoy, no me arrepiento de soltarle al periodista de Radio 3 con todo descaro, mala leche y peor café, en un descanso del programa en la emisora local de Alburquerque junto a toda la concurrencia: “Julio, perdona, gracias por lo de ilustres veteranos pero es que yo todavía tengo solo 20 años, me entran ganas de colgar las baquetas”.
Aun hoy, no me arrepiento de soltarle al periodista de Radio 3 con todo descaro, mala leche y peor café, en un descanso del programa en la emisora local de Alburquerque junto a toda la concurrencia: “Julio, perdona, gracias por lo de ilustres veteranos pero es que yo todavía tengo solo 20 años, me entran ganas de colgar las baquetas”.
También
recuerdo, no sin evocar una pequeña sonrisa, aquella ocasión en la
que segundos antes de abrir la edición de 2001 con Left Brothers, un
miembro de la organización se interesó por mis sensaciones al estar
a punto de debutar en un Festival como aquel. La verdad es que cuando
le indiqué que era mi cuarta participación se quedó un poco
cortado, pero seamos realistas, desde que el ContemPOPranea se
convirtió en ese envidiado y fabuloso festival tan incomparable como
especial, lo menos importante siempre fuimos los grupos de la tierra.
El afamado periodista Julio Ruiz de Radio 3 y el director del Festival Agustín Fuentes |
Pero
ante todo prevalece la trayectoria del gran festival por encima de la
organización, de la que estoy convencido, ha paliado ya con los años
aquellas pequeñas carencias y defectos que seguramente se producían
por una mera cuestión de falta de experiencia.
Podría
narrar mil anécdotas, como aquella edición del 2000 en la que por
un descuido, provocado por alguna copa de más, pisé o desconecté
algún cable entre bambalinas dejando sin monitores de referencia a
los Fresones Rebeldes, o cómo aquella vez que Luis Gragera
(Guitarrista de Lich) y el menda se hicieron con la chuleta del orden
de canciones de Chucho y nos dirigimos hacia Fernando Alfaro
con todo el morro del mundo para que nos la firmara, mientras el
sorprendido cantante se encontraba aliviando la vejiga en un árbol
tras la zona del Stage Back.
Podría
evocar aquella impresionante actuación de Sexy Sadie en el 99 o la
de Los Planetas en el año 2000, en la que los espectadores que
abarrotábamos la ladera del Castillo parecíamos a punto de salir
disparados a base de saltos hacia aquel viaje por el Sol junto a los
granadinos. Tratar de definir el aire que se respiraba y las
maravillosas sensaciones de aquellas noches de verano sería sin duda
imposible sin una triste traición a la memoria de unos momentos
irrepetibles.
Pero
de entre tantas ediciones, con tantos artistas nacionales e incluso
internacionales, siempre recordaré aquellas actuaciones del 96,
plagadas de artistas extremeños, en la que la música de nuestra
tierra y nuestros músicos se mostraron dueños de la Ladera del
Castillo de Luna, reivindicando un Festival que es tan nuestro como
de la organización.
Ya va siendo hora que se le devuelva a la música extremeña la deuda moral que sin duda mantiene el Festival de Alburquerque, y desde estas lineas públicamente solicito a la dirección de ContemPOPranea que se plantee para la celebración de los 20 años del Festival, una jornada en la que la música extremeña y sus formaciones musicales se conviertan en los únicos protagonistas de lo que sin dura sería una edición irrepetible, especial y única... como aquella de 1996.
Publicado en LACARNE MAGAZINE en Junio de 2014
Ya va siendo hora que se le devuelva a la música extremeña la deuda moral que sin duda mantiene el Festival de Alburquerque, y desde estas lineas públicamente solicito a la dirección de ContemPOPranea que se plantee para la celebración de los 20 años del Festival, una jornada en la que la música extremeña y sus formaciones musicales se conviertan en los únicos protagonistas de lo que sin dura sería una edición irrepetible, especial y única... como aquella de 1996.
Publicado en LACARNE MAGAZINE en Junio de 2014
Entrevista en Cadena Ser
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