John Lennon. El mayor genio de la historia de la música, cuya voz me produce escalofríos y me pone los pelos de punta. |
Por lo general, a casi todo el mundo le gustan The Beatles,
al menos aquellas canciones clásicas, las más populares y conocidas. Ya
sean melómanos o aficionados de menor calibre. A cualquier devoto
melódico poco exigente, los temas suelen sonarles bien, es música beatle
al fin y al cabo, y el resultado es normalmente positivo, ya que el
gran público siempre ha sintonizado de buena manera con los cuatro de
Liverpool.
Ahora bien, existen para quienes esa simpatía torna a
altísimo nivel de elogio y encomiable adulación, incluso me atrevería
decir, ¿Por qué no? A eminente grado de frikismo, ya que hoy en día, el uso de la palabra friki se traduce en unas connotaciones y denotaciones
bastante más amables y positiva que las que oscuramente encerraban a
finales de los 90.
No
todo el mundo, y me parece respetable, ha de saber tantos detalles de
los grupos que le resulten atractivos, pero personalmente no soy de los
que se conforma con escuchar plácidamente canciones que me resultan
agradables. Cuando un grupo me gusta, me gusta, pero de verdad. Y me
empeño en conocer su propia y noble historia, las vicisitudes que rodean
a sus miembros, el instrumento que ejecuta cada uno, quién y cómo
compone, en qué se basan, sus diferentes personalidades, en definitiva,
el amplio conglomerado que marca ese sello inconfundible que tanto me
atrae.
The Beatles no solo no iban a ser una
excepción, debido a que los sigo considerando los más grandes,
importantes e influyentes músicos de la historia del pop. Los Fab Four
se convirtieron en mito desde aquella vez en que a mis one años escuché
“Drive My Car” en el viejo Walkman de un compañero de clase.
Como
todo oyente joven, fui progresando en conocimientos musicales y educando
mi oído, y así, poco a poco descubrí por ejemplo qué era eso de un
bajo, al reconocerlo al fin en la canción “In my Life”, o lo importante
que podía ser una simple pandereta, como aquella que otorga ese genial
ritmo tras el estupendo rift de bajo y guitarra en “Day Tripper”.
Las sensaciones iban en aumento, nuevos discos, nuevas canciones, documentales, libros, la historia y asesinato de Jonn Lennon,
el mito del Paul vivo o muerto, los punteos de Harrison, la batería de Ringo, sus discos más atrevidos, sus problemas con las drogas, sus idas
de olla religioso/políticas… Una bonita y apasionante manera de hacerse
mayor junto a ellos.
Ni qué decir tiene, que en los primeros años
sentía fascinación por aquellas primeras canciones, el “Love Me Do”,
“Twist and Show” o el “Yellow Submarine”. Poco a poco crecía el interés
por canciones más interesantes, y así, el Sgt. Pepper’s Lonely Hearts
Club Band , el álbum Blanco (The Beatles) y el Abbey Road sonaban cada vez más en mi viejo Radio cd Sony, que aun a día de hoy conservo.
Lennon ejecutando el solo de Get Back. Algo habitual, ya que interpretaba muchos solos que eran atribuídos a Harrison |
No
comparto esta gran afición o frikismo, como más les guste, con tantos
amigos o conocidos como cabría esperar, pero sí es cierto que son
bastantes los que no se conforman solo con el “Yesterday” o el “Ob-la-dí
ob-la-dá”. Aún así, me sigue sorprendiendo la dificultad de muchos para
reconocer en una primera escucha la voz principal de John, Paul y en
menor medida George y Ringo.
Muy pocos reconocen la voz del
batería en temas como “Boys”, “Yellow Submarine” o “With a little help
from my friends”. Detectar la voz principal de George Harrison
es sin duda más complicado, y si no que se lo pregunten a Frank
Sinatra, quien declaró públicamente que “Something”, la bella canción
compuesta e interpretada por el guitarra solista, era su composición
favorita Lennon-McCartney.
También se escucha como vocalista
principal a un joven Harrison en algunas de las primeras canciones
Lennon-McCartney, como pueden ser “Do You Want to Know a Secret” ó “I’m
Happy Just to Dance with You”, aunque más tarde se arrancaría a componer
sus propias canciones, y así, como vocalista principal donó para la
historia temas inolvidables como “Taxman”, “While My Guitar Gently
Weeps” “Here Comes The Sun” o la impresionante “Something”.
Pero
siendo justos y ateniéndonos a los hechos fidedignos, la presencia como
cantantes principales de Ringo y Harrison no deja de ser algo
anécdótico, aunque bien cierto es que George participaba regularmente en
coros y armonías de manera muy relevante, y me vienen a la cabeza temas
interpretados casi a tres voces como “Nowhere Man”, “Because” o la
introducción de “Paperback Writer”.
Quizás la dificultad más notoria consiste en diferenciar las voces como protagonistas de John Lennon
y McCartney. Y reconozco que no es siempre fácil, incluso si tratamos
de diferenciarla de la de Harrison. Al comienzo de su carrera, y asi
puede apreciarse en sus primeros éxitos, Paul y John solían cantar
juntos, a dos voces, en “Please Please Me” lo hacen salvo en un par de
líneas de John, También en “Love Me Do” salvo el estribillo cantado por
Paul mientras Lennon soplaba la armónica con gran habilidad. Repitieron
fórmula en siguientes hits, como en “She Love You” o “From me to you”,
pero de repente, con la posibilidad técnica de doblar la pista de la
voz, cada vez fue más habitual que uno u otro fueran quienes lideraran
vocalmente su canción, aunque casi siempre con generosa ayuda vocal del
otro y de Harrison.
La voz de Paul suena de dulce en temas más
roqueros como la apertura del “Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band” en
donde parece tener serrín en la voz o la siempre marchosa “I Saw Her
Standing There”. Por supuesto se aprecia el colorido de su inconfundible
voz en temas de renombre como “Yesterday” “Eleanor Rigby” o “Le It Be”,
temas en donde jamás habría siquiera que intuir la voz de John Lennon a
no ser que pretendamos que este último se retorciera en su tumba.
Normalmente no suelo tener problemas para reconocer a uno u otro. Y les contaré mi secreto:
A pesar de la innegable belleza y arte que ostenta como cantante el siempre vanidoso McCartney, la voz de Lennon produce un sentimiento en mi cuerpo que delata su sola presencia vocal en cualquier canción. Y es que, amigos, la voz de John Lennon me pone los pelos de punta. Me produce escalofríos, y eso es algo que he ido aprendiendo a lo largo de tantos años disfrutando temas como “Ticket To Ride”, “Rain” “she Said, She Said”, “In My Life”, “Strawberry Fields Forever” o “A Day In The Life”.
Eso es algo que no ha conseguido mucha gente, por eso, cuando una
canción, un acorde, una voz, me produce una sensación parecida, le
presto la importancia que merece, ya que es posible sin duda que pueda
aportarme algo interesante.
Espero animar, a quienes aun no hayan tenido la decencia de asomarse al maravilloso mundo de The Beatles, y en especial a la figura del inolvidable John Lennon,
de quien se cumple por desgracia en este mes de Diciembre los 34 años
de su lamentable desaparición, y por supuesto, contagiar ese entusiasmo
por saber más acerca de cuatro jóvenes que cambiaron para siempre la
historia de la música pop, de conseguir sentirlos musicalmente tanto por
fuera como por dentro.
Espero que sabrán disculpar el grado de
nostalgia que encierra este artículo, pero desde hace ya muchos años,
cuando se aproxima la maldita fecha del 8 de diciembre, no puedo dejar
de hablar y escribir sobre Lennon. Supongo que es algo inconsciente, un
mecanismo de defensa que pretende contrarrestar esa sensación
inabarcable de vacío que queda en tu cuerpo cuando sientes que nos han
robado algo tan grande y tan necesario.
En otra ocasión, desde
esta misma carnicería despiezaremos también su carrera en solitario.
Veremos si se animan o no y se convierten en expertos y seguidores del
grupo más grande de la historia, ya me contarán, pero eso pertenece al
futuro, y como diría el bueno de Ringo: “Tomorrow Never Knows".
Bueno hombre, no eres tan raro, a mi me pasa lo mismo. Incluso la voz de Lennon no ya cantando sino al hablar en las películas, es algo especial. Ya lo ves, un tipo que siempre parecía altivo y soberbio comparado con los otros, y con una voz supercálida, jovial, expresiva, cercana y sin necesidad de teatralidad. Esos In my Life, Ticket to ride y demás, son inolvidables, gloria para los oidos.
ResponderEliminarDe igual manera. Siempre digo Los Beatles se han hecho carne en mi.
ResponderEliminarY la voz de John es increible, no puedo explicarlo con palabras lo que produce en mi ser escucharlo.
Estoy absolutamente de acuerdo. Tengo 73 años y sigo escuchándoles desde el año 66, desde mi juventud. A mí, John Lennon, me produce los mismos sentimientos ...
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