Los Planetas en una de sus primeras fotos promocionales con su formación original |
Tras
el éxito de la última edición del ContemPOPranea
2014 en Badajoz, (insisto en pedirle públicamente a la organización del
festival que organice una edición de música extremeña para
conmemorar los 20 años) vuelve a resonar en mi sesera aquello de la
música “Indie”.
En
la primera mitad de la década de los 90, los grupos ochenteros de
toda la vida, o al menos los que resistían el paso del tiempo,
seguían copando las radio fórmulas. Allí estaban en los primeros
puestos los extremeños Tam
Tam Go!
(cuando eran los Tam
Tam Go!
de verdad claro, con Rafa
Fernández Callejo
a la guitarra y su gran peso en la autoría de canciones junto a
Nacho
Campillo,
aunque esto es otra historia que retomaremos en alguna ocasión) con
su Piel
sobre Piel
(1992).
El primer gran trabajo de un joven Mikel Erentxun que obtuvo gran éxito de ventas, con la colaboración entre otros de Pete y Bruce Thomas. Algunos críticos ni lo escucharon |
También
cómo no, Duncan
Dhu,
quienes tras el éxito de Supernova
(1991) sus dos miembros, MikelErentxun
y Diego
Vasallo
se embarcaban en aventuras individuales llamados por un afán de
búsqueda de inquietudes, o más bien tras la petición de su
discográfica, que veía con muy buenos ojos la posibilidad de vender
el doble de discos, cuando aun era un gran negocio la venta de discos
claro.
La
Unión
sacaba uno de sus más alucinantes trabajos, Psyconfunkster
Au Lait
(1993), un álbum diferente y sorprendente para el que contaron con
un productor como Stephan
Galfas,
especialista en construir sonidos sorprendentes, y un fabuloso
batería, Les
Warner,
cuya aportación sería imprescindible en la ejecución de temas como
“Vida animal nocturna”, “África” o “Rock en Rusia”.
Sin duda, el mejor trabajo a nivel instrumental y de composición de La Unión en toda su carrera |
No obstante existía cierto
descontento en un sector del público más juvenil, más exigente
también, que demandaba una música distinta, alejada de las
repetitivas radio-fórmulas. Así surgieron los denominados grupos
“Independientes”.
Recuerdo
que El
Inquilino Comunista,
Penélope
Trip
o El
Regalo de Silvia
fueron los primeros grupos que comenzaron a sonar en corrillos de
institutos y universidades con los fanzineros y entendidos de turno o
en las publicaciones musicales más vanguardistas.
Gracias
especialmente a Radio
3
o a publicaciones como Rock
Deluxe (Internet
aun tardaría en ser relevante musicalmente), todos íbamos
conociendo a Los
Planetas,
El
Niño Gusano
o Surfin
Bichos,
hasta que por fin,a mediados de la década, en 1995, “Historias del
Kronen”, la película de Montxo
Armendáriz,
basada en la novela homónima del escritor José Ángel Mañas
consiguió que todos cantáramos el “chup chup” de los Australian
Blonde,
y además que fuéramos conscientes de que aquello iba en serio, que
existían grupos nuevos españoles que ofrecían una música
distinta, que no necesitaban que las voces fueran inmaculadas ni
cristalinas, ni que destacaran especialmente en las grabaciones, casi
siempre para el lucimiento de las guitarras, y que incluso cantaban
en inglés, aunque precisamente eso ya lo habían hecho, y bastante
bien los extremeños Tam
Tam Go!,
motivo por el cual tras su exitoso “Manuel Raquel”, (“Lawrence's
heart is weak” en la versión original, antes de que el cineasta
Ricardo
Franco
aportara su estupenda letra para la adaptación al español) pasaron
un año vetados en las radio fórmulas porque su extraordinario
Spanish
Romance (1989),
uno de los discos más sorprendentes y exquisitos que se han grabado
en este país, apenas contenía un par de canciones en castellano).
Excelente y desconocido disco (de oro) |
Les
confieso que aquello fue algo emocionante, y como todos los
adolescentes y jóvenes de la época le di la bienvenida a esa
hornada de sangre fresca, a esas guitarras ruidosas y chirriantes, y
a esos ritmos de batería que esta vez si, parecían que iban más
allá del charly-bombo-caja, aunque tuve que concentrarme para
entender la letra del “De Viaje” de Los
Planetas y
convencerme que el break tan estupendo que introducía al estribillo
de “Que puedo hacer” no era un plagio del “Boys dont cry” de
The Cure.
Aun
así, 20 años después, me siguen emocionado algunas canciones del
Super
8,
en especial sigo temblando y con la carne de gallina cuando escucho
aquello de: “Para
poder tocar tu mente con mis dedos. Para poder limpiar mis dientes
con tus huesos. Y sentirte por dentro, sentirte por dentro de mí....
”
de “Rey Sombra”.
Me
gustaban muchas canciones de El
niño Gusano
y especialmente de Australian
Blonde, (siempre
preferí el “Chance” al “chup chup”) aunque confieso que el
Pizza
Pop
(1993), After
Shave
(1994) y Australian
Blonde
(1996) se me hacían bastante largos, y hasta el Extra
(1998) nunca consideré que tuvieran un disco redondo, al contrario
que Los
Planetas
con aquel inolvidable Pop
(1995)
con el que los granadinos firmaron sin duda la página más grande
del nuevo movimiento “Indie” que se les presuponía.
El mejor e imprescindible disco de Australian Blonde |
Pero
todo se chafó. Comenzaron a florecer grupos carentes de talento, con
un espíritu algo así como fiestero o desenfadado más propio de los
80, pero más pedante y pijeras) respaldados por aquellos periodistas
de Radio
3
(en especial Jesús
Ordovás
y Julio
Ruiz)
quienes en los 80 habían descubierto a Nacha
Pop
o Gabinete
Caligari
y ahora nos bombardeaban con los Fresones
Rebeldes,
Nosoträsh,
Chico
y chica,
Meteosat
o los insultantes la
Monja Enana,
contándonos que estos nuevos grupos eran lo más extraordinario y
representativo del pop español actual, en detrimento de aquellas
mierdas secas de los 80 de las que ahora renegaban.
Parte de la prensa especializada,
algunos componentes de los nuevos grupos y directores de los
festivales más importantes se confabularon para que todos tratáramos
de olvidar a aquellos grupos de antaño, perpetrando una injusticia
histórica amén de una gravísima falta de respeto que el tiempo,
fiscal implacable, se ha encargado de paliar, pues sin duda, muchos
de los grupos de los 80 continúan trabajando y editando discos,
ofreciendo giras, sin que a ninguno se le hayan caído los anillos
por volver a tocar en recintos pequeños o ajustar estrictamente su
caché, mientras que la gran mayoría de aquellos esperanzadores
grupos “indies” desaparecieron sin ni siquiera escribir media
página del pop español.
Meteosat. Divertidos y anecdóticos. Y punto |
Siempre se criticó, especialmente al
comienzo de la movida madrileña, la escasa calidad respecto a
ejecución musical de muchos de los músicos que formaban las
principales bandas. En su defensa habría que añadir que no era
fácil, ni nada barato hacerse de discos para estar al tanto de las
nuevas vanguardias, y casi ni existían tiendas decentes de
instrumentos musicales, añadamos que los estudios de grabación,
técnicos y productores estaban más verdes que los propios músicos,
aunque es del todo cierto que la creatividad de la mayoría de grupos
está plenamente contrastada y plasmada en las fonotecas.
Cualquiera cuya edad ronde entre los
30 y 50 años sin duda enumeraría una lista de temas para la
historia de los grupos de los 80 en poco más de un minuto, pero
permítanme que dude que pudieran hacer lo mismo con canciones de
grupos “indies” aunque dispusieran de todo un día.
La monja enana ?¿?¿ |
La calidad instrumental de muchos de
los músicos independientes ha quedado patente en la mayoría de
actuaciones en tan modernos y numerosos festivales alternativos, y
mis propias gafas han presenciado algunas chapuzas que transcienden a
monumento artístico de la vergüenza ajena.
En
nuestra propia tierra, Extremadura, cualquiera podía disfrutar de
jóvenes bandas cuyos directos y grabaciones dejaban a la altura del
betún a muchos de estos nuevos grupos, cuyo público extremeño tuvo
ocasión de compararlos en numerosos certámenes y festivales.
(Fin de la primera parte. El mes que viene en el nuevo número de Agosto de LaCarne Magazine continuamos con anécdotas y más grupos y festivales, entre ellos varios extremeños).
Publicado en LaCarne Magazine en Julio de 2014
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